votos totales
Santiago, Panamá
Más de 10 años
Soy Dania Saldaña, electricista de Panamá, tengo 34 años, madre orgullosa y apasionada por mi oficio desde que tenía 14 años. Fue entonces cuando, como ayudante de mi padrastro —también electricista— descubrí la fascinación por los cables, las conexiones y la seguridad eléctrica. Aquella experiencia temprana se convirtió en una chispa que no dejó de crecer, y me impulsó a cursar un bachillerato en electricidad para profesionalizar mi vocación.
Desde el primer día que decidí dedicarme a este oficio, supe que enfrentaría miradas de sorpresa, dudas y comentarios. Muchos pensaron que no lo lograría solo por ser mujer en un mundo predominantemente masculino. Pero aquí estoy, una década después, con herramientas en mano, cables bien ordenados y el orgullo de demostrar que el talento y la pasión no tienen género.
Al principio, tuve que esforzarme el doble: no solo por aprender cada técnica y normativa, sino también por ganarme el respeto de colegas y clientes. Aprendí a no rendirme, a enfrentar el miedo a lo desconocido y, sobre todo, a confiar en mis capacidades. Cada instalación residencial en la Ciudad de Panamá, cada proyecto industrial en Colón, y cada mantenimiento en una obra pequeña al interior del país me enseñó algo nuevo. Con el tiempo, pasé de ser “la chica que intentaba ser electricista” a convertirme en “la electricista de confianza”.
Como madre, he combinado la responsabilidad de criar a mi familia con la entrega en cada proyecto. Esa dualidad me ha enseñado disciplina, organización y empatía: valores que aplico día a día en mi trabajo. Hoy miro atrás y me siento orgullosa de cada reto superado, de cada cliente satisfecho y de cada mujer panameña que, al conocer mi historia, ha encontrado inspiración para iniciar la suya.
Porque sí, se puede ser mujer, madre, panameña y ser una excelente electricista.